La ubicación del Hotel es de lujo. Las vistas desde la habitación insuperables. También se agradece que no haya niños. Y sobre todo, la atención de las trabajadoras del servicio de restaurante y recepción. Ni un pero y todo disponibilidad, educación, amabilidad y simpatía. Así da gusto.
Aunque en este momento las circunstancias son especiales, creo que le faltan algunos detalles para las 4**** con el que está calificado. No había un servicio cercano al restaurante y en la habitación se echaba en falta una pasada de aspiradora y fregona. Puede ser que las personas de servicio de limpieza anduviesen apuradas, aunque no había mucha ocupación; pero al estar 7 días en la habitación te das cuenta de que la limpieza dejaba que desear. El baño perfecto, pero a la habitación le hacía falta un repaso.