La Costa Brava cuenta con más de doscientos kilómetros de costa desde Portbou hasta Blanes. Se caracteriza por su paisaje agreste y escarpado y por albergar algunas de las calas más bonitas de la península. Te descubrimos en este post algunas de las calas con más encanto de la Costa Brava.
Cala Jugadora está situada en el Cap de Creus, muy cerca del faro y a tan solo siete kilómetros al norte de Cadaqués.
Es una cala muy pequeña, de unos 15 metros de longitud, habitualmente frecuentada por parejas y senderistas. Un acogedor rinconcito de arena resguardado de la tramontana con unas aguas totalmente cristalinas que alojan una extensa pradera de posidonia.
La manera más sencilla de llegar hasta esta cala salvaje es desde el faro del Cap de Creus. Hay que bajar a pie por el lecho seco de la riera y, antes de llegar a la orilla, desviarse hacia la derecha.
Al norte del municipio de Begur se encuentra la Cala de l’Illa Roja. Está ubicada bajo un acantilado, en un idílico entorno entre rocas y pinos.
Tiene unos 150 metros de extensión, cubiertos de arena dorada gruesa. Su nombre se debe a la prominente isleta rocosa de color rojizo que la preside y que, según las mareas, está unida a la arena o flotando muy cerca de la playa.
Es una cala bastante tranquila y sin demasiadas aglomeraciones. Se accede a través de un bonito paseo por el Camino de Ronda que va entre la playa de Sa Riera, en Begur, y la playa del Racó, en Pals.
A unos cinco kilómetros del centro de Begur, en una zona residencial, se encuentra una de las calas más conocidas e icónicas de la Costa Brava, Cala Sa Tuna.
Es una pequeña playa de veinticinco metros de ancho, formada principalmente por arena gruesa y grava, en un precioso conjunto de casas blancas con portalones de colores y aguas de color turquesa.
Se puede llegar fácilmente en coche. La cala es accesible para personas con movilidad reducida y dispone de multitud de servicios.
En Begur se encuentra otra de las destinaciones más disputadas de la Costa Brava, la playa de Aiguablava. A pesar de no ser considerada una cala, esta playa merece ser mencionada por su increíble belleza.
Se trata de una playa relativamente pequeña, de 80 metros de longitud y 25 metros de ancho, de arena clara y fina. Su nombre hace honor al espectacular color azulado del agua, tan transparente que refleja con intensidad el azul del cielo.
La mejor forma de acceder es en coche, aparcando en el parking de pago que hay frente a la playa. Es el único lugar cerca de la zona donde se puede dejar el coche, por lo que aconsejamos llegar temprano, ya que al poco tiempo está completo.
Cala Aigua Xelida está situada a un kilómetro al norte del núcleo de Tamariu, en una bonita zona natural con predominio de rocas y pinos que prácticamente llegan hasta la orilla.
Es una cala pequeña, de unos 40 metros de longitud y 12 metros de ancho. La ocupación suele ser más bien baja, por lo que es bastante tranquila. Sus aguas son claras y más bien poco profundas.
Sólo se puede acceder en barca o a pie, caminando desde la urbanización con el mismo nombre e ir bajando hasta encontrar unas escaleras a mano derecha. En caso de ir en coche, se puede aparcar en la calle de l'Avi Xicu.
Entre las poblaciones de Palamós y Calella de Palafrugell se encuentra una preciosa cala virgen entre pinares, Cala Estreta.
Como su nombre indica, es una cala estrecha, de unos 100 metros de longitud por tan solo 15 metros de ancho, dividida en dos partes por un saliente rocoso. Frente a esta playa se encuentran las islas Formigues, cuatro islotes con numerosas cuevas y abundante vegetación marina.
El acceso a esta cala es difícil, hay que llegar a pie desde la playa de Castell o desde Cap Roig, caminando durante media hora aproximadamente.
Cala del Pi está situada muy cerca del centro de la población de Platja d’Aro, frente a la urbanización Els Pins.
Esta pequeña y acogedora cala formada por arena gruesa cuenta con un espectacular fondo rocoso que la convierten en un lugar ideal para practicar snorkel o submarinismo. El nombre de la cala se debe a los pinos que la rodean, de los cuales dos son especialmente antiguos.
Suele ser una cala bastante frecuentada, por lo te recomendamos llegar pronto si vas a ir en verano. La manera más fácil de acceder es desde la carretera que pasa por el medio de Platja d’Aro, bajando unas escaleras de piedra.
Cala del Senyor Ramon pertenece al municipio de Santa Cristina d’Aro y se encuentra entre las poblaciones de Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar.
Esta cala de aspecto salvaje rodeada de grandes acantilados está compuesta por una generosa franja de arena gruesa y aguas cristalinas. Es una de las playas nudistas por excelencia de la Costa Brava.
La cala es accesible desde el mar y desde un camino que salva un desnivel de cientos de metros a través de una finca privada y acaba en una explanada cerca de la playa donde se puede aparcar.
A cuatro kilómetros de la población de Tossa de Mar, en una zona residencial situada en la carretera serpenteante que va desde Tossa de Mar hasta Sant Feliu de Guixols, encontramos Cala Pola.
Es una cala formada por arena gruesa, ubicada entre acantilados y abundantes pinos y encinas. A pesar de ser una cala bastante amplia, suele ser muy frecuentada, especialmente durante los meses de verano.
La forma más fácil de llegar es en coche. Hay una explanada para aparcar a tan solo unos metros de un camping; luego se puede atravesar el camping a pie para acceder a la cala.
En el extremo norte de la playa de Lloret de Mar se encuentra la playa de Sa Caleta, una pequeña y tranquila cala muy cerca del centro de la población.
Es una de las playas más pintorescas de Lloret de Mar, pues está presidida por el icónico Castillo d’en Plaja, mientras que en su orilla se acumulan pequeñas embarcaciones de pesca.
Para llegar a la playa, se puede dejar el coche en el aparcamiento que hay justo en frente de la cala o ir a pie desde el paseo marítimo o por el Camino de Ronda.
Si quieres saber más sobre esta cala u otras playas de Lloret de Mar, consulta nuestro post sobre las playas y calas de Lloret de Mar.
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